miércoles, 13 de marzo de 2019


Martes, 12 de Febrero 2019


LA “TROIKA TIRÁNICA” LATINOAMERICANA

 El peligro del triángulo castrocomunista en América  
               
         
           La palabra “troica” (triada en español), refiere un trío de personas, instituciones u organizaciones. Así se definía en el argot de la comunidad internacional, el triunvirato formado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Igualmente, se conocía como Troika NKVD, al Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos o antiguo servicio de inteligencia soviético, que se encargaba de atender todo lo atinente a la seguridad nacional y las comisiones de tres personas, que servían de instrumento de castigo extrajudicial en el mismo territorio.

           
             Dentro de la escala de acepciones, se incluyen además, con el término “troika” la denominación de una danza tradicional y de un tipo de trineo ruso. Pero el vocablo cobra especial importancia en boca del Consejero de la Casa Blanca para la Seguridad Nacional Jhon Bolton, al calificar recientemente como “troika tiránica” a las regiones de Cuba, Venezuela y Nicaragua, con sistemas de gobierno comunistas, que cada vez más saltan a la palestra pública no por sus descubrimientos científicos o por sus índices de desarrollo, sino por sus nefastas estructuras de represión, hambre, pobreza y violación de los derechos humanos.

              
               La alusión del funcionario estadounidense lleva evidentemente el dardo preciso, dirigido a los falsos predicadores del igualitarismo económico social, apuntando al origen ruso de un término que de alguna manera, se asocia con la mano de hierro de la autoridad comunista contra los detractores. Claro está, la tríada de los tres países: Cuba, Venezuela y Nicaragua , es hija fiel y obediente de una poderosa potencia mundial, que no se caracteriza precisamente, por hacer gala de la vena democrática caras adentro.

           
               La “troika de la tiranía” denota amenaza. Una oscura sombra que cubre y asfixia a dos países de la América Central y a Venezuela, la primera nación que encabeza el mapa geográfico de América del Sur. No se necesita ser un experto para advertir, que la preocupación del gigante del Norte, tenga fundamentos por demás obvios como la primera potencia democrática del planeta.

             

               A veces choca entre los detractores del “imperio capitalista”, que Estados Unidos ostente un sólido régimen de libertades, con preeminencia de la ley ante todo y para todos. En esta tierra se puede salir adelante luchando intelectualmente, y lo más importante, obteniendo un beneficio directamente proporcional al ingenio propio y al reto profesional para consagrar metas que todos buscamos durante la vida, es decir, siempre hemos escuchado hablar del sueño americano, nunca del sueño ruso y mucho menos, de la calidad del desarrollo económico y social en los países satélite que ostentan el comunismo como sistema de gobierno.

           
                 Las raíces del comunismo de esta peligrosa “troika tiránica”, están plantadas en el semillero de la revolución cubana de 1959. Fidel Castro soñó siempre con constituir un bloque comunista con la excusa de hacer prevalecer la justicia social “obrera e igualitaria” por sobre el “capitalismo salvaje y opresor”, pagando eso sí, un altísimo precio en cuanto a libertad y respeto a la dignidad humana y sustituyendo el “temible libre mercado”, por la indecente fórmula comunal, donde todos deben producir lo que se les ordena y comer lo que se les da, entiéndase “racionamiento”. Los fusilamientos y cárcel a quienes se atreven a disentir del “mar de la felicidad” cubano (como lo llamo el inefable Hugo Chávez), siguen colocando a la isla caribeña como un permanente violador de los derechos humanos.

                       
                   Venezuela cayó en las manos de Hugo Chávez (y de los Castro) a través de la vía electoral en 1998, luego de que éste  fracasara en su intento de tomar el poder de facto en 1992. El “Comandante” venezolano, bastante escaso intelectualmente y emocionalmente vulnerable por sus complejos sociales, más que por su decadente ideología de pobreza y miseria, fue aprovechado al máximo por el dictador cubano, auspiciando la reforma de la Constitución de 1961 y castrando al Poder Judicial de hombres probos por sujetos con prontuario criminal, pero siempre  dispuestos a asentir los desvaríos del tirano.

                    El patrón ideologizante es siempre el mismo: los nobeles integrantes de la “troika tiránica” (Venezuela y Nicaragua) han ido desmontando la estructura del Estado, fortaleciendo el Poder Ejecutivo y sometiendo al Legislativo y al Judicial a sus designios. El resultado?, un oscurantismo medieval que se presenta con un marco de falsa legalidad, elecciones amañadas, burla perenne y recurrente a las críticas y a las realidades más lacerantes de hambre, enfermedad y penurias urbanas entre otras. La negación sistemática de lo obvio es tal, que ya causa un asco moral infinito entre los venezolanos que deben soportar las letanías revolucionarias cada día.

            Otra de las afectaciones más importantes, es la sumisión de la jerarquía militar, comprometidos en buena parte hasta los tuétanos de beneficios y prebendas. Hasta los uniformes fueron sustituidos en su diseño a semejanza del modelo cubano, un símbolo que no pasó inadvertido para muchos pero que fue acogido con beneplácito por los adulantes del “Comandante en Jefe”, ávidos de fortunas y ascensos. Los valientes, los no “troikos” que se plantan ante el atropello y la mediocridad, van siendo acorralados y/o degradados hasta su desactivación definitiva como células pensantes en la Fuerza Armada Venezolana.

                 
              En la misma línea y como complemento necesario a la presunta seguridad patria, la satrapía cubana recomienda la instauración de milicianos como fuerza paralela al ejército nacional. Tampoco actúan solos, sino con la connivencia de los llamados “colectivos” (fuertemente armados) y los “pranes”, que son los cabecillas de las bandas de delincuentes apertrechadas con fusiles de guerra y cualquier tipo de  artefacto bélico. Estos grupos, constituyen una fuerza paramilitar que abona el terreno de la intimidación a la sociedad civil.

                       
               En la actualidad, las ficciones y refriegas entre los soldados hambrientos y los generales que se alimentan opíparamente resultan inocultables. Cientos de militares de rango medio y bajo han solicitado sus “bajas del servicio armado”, otros, han tenido que abandonar la carrera militar al comprender, que la defensa de la soberanía patria, se ha convertido en un sinsentido ante la entrega sostenida y sin reparos de las instalaciones, los equipos, la logística y los sistemas de inteligencia en manos de los jerarcas de la Habana.

                 
                 Las concesiones mercenarias del acanallado régimen, dieron y siguen dando pié a miles de avisos de peligro a la comunidad internacional. Los grupos terroristas colombianos (FARC, ELN etc), las temidas células del Hezbollah libanés y del Hamas palestino, hacen vida con total impunidad en territorio venezolano. Cuesta creer que una realidad tan nefasta y tan oportunamente denunciada, no haya producido una respuesta contundente y sin aspavientos ante el asentamiento de grupos irregulares en un sector geoestratégico tan importante de la América del Sur. Un abanico de sanciones económicas y morales pretenden acorralar al régimen venezolano, el dictador empero, sigue allí,  grandilocuente, envanecido y desafiante.

               
                  La Troika tiránica ha llegado demasiado lejos. Lo que se consideró en su momento como “predicciones inflamadas” por parte de los defensores de la libertad, la justicia y la paz democrática, se transformó en un monumental problema gracias al desinterés, el abandono y la falta de toma de decisiones sin titubeos que en su momento debieron acometerse con determinación frente a la soberbia, los insultos y los coqueteos de los grupúsculos comunistas del triunvirato con los enemigos de Estados Unidos.

                La diplomacia anuncia siempre propósitos y acción. Venezuela se encuentra en un momento crucial. Las advertencias han sido dadas y el diagnóstico del caos político, social y económico y sus consecuencias, clama por acciones concretas, ya no declarativas, porque a los países democráticos de América con Estados Unidos a la cabeza, les toca ahora afrontar una tormenta con potentes vientos de maldad y muerte, que se cierne espesa sobre el suelo latinoamericano.


             

Abogado César Enrique López Bacaicoa.

Miembro del Comité Coordinador de la
Comisión Iberoamericana de Relaciones Diplomáticas,
Protocolares y Gremiales

Jurista y ciudadano Iberoamericano








No hay comentarios:

Publicar un comentario