EL ENGRANAJE DEL
COLUMPIO
Su desgaste por el uso y abuso, se traduce en
un aviso perenne: el chirrido metálico inconfundible del metal anunciando su
agonía.
El vaivén de la política
comienza a escucharse a través del chirrido penetrante que produce la
insatisfacción colectiva. No obstante, ante un desempleo galopante, economías
deshechas y pobreza cabalgando sin ataduras, sólo observamos atónitos
rebeliones con un YA BASTA contundente y atronador, en los regímenes donde la
opresión y la burla al ciudadano común y a los derechos humanos que le son
propios, son el pan nuestro de cada día.
Ha ocurrido en el
Medio Oriente, donde los hijos de los patriarcas, fanáticos o no, se han
formado en distintas universidades del mundo, conocen el significado de la
libertad, de los derechos fundamentales, y ya no ven el halo de “iluminación
divina” que empuja a las masas por parte de los “líderes” que se consideran más
allá, de toda consideración terrena. No dudamos de su sentir ni de su arraigo,
pero la nueva generación no milita necesariamente en el fanatismo tribal inducido al flagelo del terrorismo.
Pero el columpio
va y viene y el asunto es no permitir que se detenga, porque ello evidencia la
desnudez de políticas públicas para poner en marcha el aparato productivo, para
generar bienestar y oportunidades para satisfacer las necesidades ciudadanas y
para darle coherencia a los giros de la acción gubernamental de que se trate.
Conculcar derechos fundamentales como el acceso a la salud colectiva, a la seguridad jurídica, a la estabilidad patrimonial o a ganarse el pan dignamente, ponen en ebullición un silencio a veces sepulcral, que trae tras de sí, una furia popular gigantesca. Si lo desea, haga la prueba: Comience una conversación amena hablando de escasez alimentaria o de crisis de medicamentos esenciales, de inseguridad pública o de bienes inmuebles (casas, pisos, etc) y vaya introduciendo el tema de las “hipotecas” y de cómo sus hijos, responderán con sus bienes habidos y por haber por las acreencias de sus Padres ante las Instituciones Bancarias. En este nivel, ya priva la descompostura, y el cuerpo entero entra en alerta ante una amenaza contra el patrimonio familiar, la seguridad personal y la ausencia de un futuro promisor, luego los rostros enrojecen y la pasión nubla la razón.
El político hábil,
siempre afina su olfato y otea el horizonte anticipando tormentas. Cuando se
hace inminente la llegada de alguna, suele tener el paraguas desplegado a menos
de que sea sorprendido, por un viento incontenible que lo empape de reproches
por la implantación de acciones políticas incoherentes, con resultados desastrosos.
Escuchan el chirrido, señores gobernantes?
Abog. César Enrique López Bacaicoa
Maestria en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Justicia Penal Internacional y Derecho Internacional Humanitario. España, Unión Europea.