sábado, 22 de abril de 2017

LA MENTIRA COMO PATOLOGÍA POLÍTICA.  

 Nada más deprimente que escuchar a un político justificar una cadena de desaciertos apelando al engaño o al descrédito de sus contendores, o lo que es peor, constituyéndose en vendedor de ilusiones a la gente desposeída, trabajadora y pensante, que acumula reacciones que en algún momento se harán irreprimibles. 

      Se puede mentir por ignorancia o con premeditación. Cuando opera el acto voluntario del engaño a terceros, se concreta una estafa social o colectiva y el sueño de muchos incautos o no, termina en ilusión derramada que va abonando el desencanto y la frustración entre la ciudadanía, aumentado su intolerancia y su incredulidad frente a aquéllos interlocutores que consideraba “válidos”. 
            Un mentiroso compulsivo, insulta primeramente la capacidad comprensiva de su receptor acudiendo al elemento primario de toda distorsión de lo obvio: la confusión permanente. Así tenemos el ejemplo típico del uso de las estadísticas oficialistas, muchas veces inverosímiles y que en nada se compadecen con la realidad que arrasa el menguado ingreso familiar. El demagogo profesional siempre estará presto a demostrarle fehacientemente, con sus gráficos y diagramas, preparados y tarifados, que es usted una persona incapaz de comprender, como al llegar a finales de mes, no tiene un duro en la cartera, cuando los números demuestran un portentoso superávit  del cual usted no se ha percatado.
         Cuando este tipo de patología se hace particularmente recurrente (nos referimos a los seres humanos en general), se le denomina “mitomanía”, vale decir, la condición maniática de decir mentiras y de inventar con impostura cosas fabulosas, que a la postre carecen de punto de apoyo o sustentación real y lógica. Y es entonces cuando aquél abono al que nos referimos al comienzo (el desencanto y la frustración)  va cundiendo en el alma y fertilizando los sentimientos de ira e impotencia. Los ánimos pues, comienzan a caldearse hasta convertirse en un poderoso detonante social.  El explosivo en cuestión, a veces se enciende y explota a causa de medidas concretas que los gobernantes toman para paliar el producto de entuertos continuados, pero en ocasiones, sólo se ve el destello que, cual combustión espontánea, produce una violencia indetenible, contenida y reprimida, que encuentra su cauce inevitable de desahogo sin importar garrotazos o los consabidos chorros de agua a presión por parte de las autoridades.
          No somos tan ingenuos para pensar, que el arte de gobernar conlleva a la verdad y la armonía que evoca a la polis griega o a la Utopía de Tomás Moro, pero tampoco pensamos se puede ser tan chapucero para decirle a los ciudadanos, que todo está de maravilla, cuando la propia pensión está en peligro, cuando la distorsión social opera al máximo, con médicos lavando coches o abogados podando jardines. Y es aquí, donde el mentiroso añade al enemigo imaginario, el mediático a la cabeza, por supuesto, que manipula a la masa con “oscuros” intereses cuando dice las cosas como las percibe el ciudadano común.
         Los políticos exitosos, saben hablar con la verdad sin alarmar, opinar y debatir sin insultar y proponer sin imponer. Esa es la verdadera diferencia entre un gobernante estadista y un dictatorzuelo ignaro y prepotente. Los políticos mentirosos patológicos están en todas partes, pensamos empero, que aquellos con alguna patología adicional, como la egolatría, el mesianismo o la decadencia intelectual, constituyen un verdadero drama para sus gobernados.
                

Abog. César Enrique López Bacaicoa

Maestria en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Justicia Penal Internacional y Derecho Internacional Humanitario. España, Unión Europea.     

domingo, 19 de febrero de 2017

EL ENGRANAJE DEL COLUMPIO

   Su desgaste por el uso y abuso, se traduce en un aviso perenne: el chirrido metálico inconfundible del metal anunciando su agonía.

        El vaivén de la política comienza a escucharse a través del chirrido penetrante que produce la insatisfacción colectiva. No obstante, ante un desempleo galopante, economías deshechas y pobreza cabalgando sin ataduras, sólo observamos atónitos rebeliones con un YA BASTA contundente y atronador, en los regímenes donde la opresión y la burla al ciudadano común y a los derechos humanos que le son propios, son el pan nuestro de cada día.
         
            Ha ocurrido en el Medio Oriente, donde los hijos de los patriarcas, fanáticos o no, se han formado en distintas universidades del mundo, conocen el significado de la libertad, de los derechos fundamentales, y ya no ven el halo de “iluminación divina” que empuja a las masas por parte de los “líderes” que se consideran más allá, de toda consideración terrena. No dudamos de su sentir ni de su arraigo, pero la nueva generación no milita necesariamente en el fanatismo tribal inducido al flagelo del terrorismo.
         
            Pero el columpio va y viene y el asunto es no permitir que se detenga, porque ello evidencia la desnudez de políticas públicas para poner en marcha el aparato productivo, para generar bienestar y oportunidades para satisfacer las necesidades ciudadanas y para darle coherencia a los giros de la acción gubernamental de que se trate.
         
       Conculcar derechos fundamentales como el acceso a la salud colectiva, a la seguridad jurídica, a la estabilidad patrimonial o a ganarse el  pan dignamente, ponen en ebullición un silencio a veces sepulcral, que trae tras de sí, una furia popular gigantesca. Si lo desea, haga la prueba: Comience una conversación amena hablando de escasez alimentaria o de crisis de medicamentos esenciales, de inseguridad pública o de bienes inmuebles (casas, pisos, etc) y vaya introduciendo el tema de las “hipotecas” y de cómo sus hijos, responderán con sus bienes habidos y por haber por las acreencias de sus Padres ante las Instituciones Bancarias. En este nivel, ya priva la descompostura, y el cuerpo entero entra en alerta ante una amenaza contra el patrimonio familiar, la seguridad personal y la ausencia de un futuro promisor, luego los rostros enrojecen y la pasión nubla la razón.
         
        El político hábil, siempre afina su olfato y otea el horizonte anticipando tormentas. Cuando se hace inminente la llegada de alguna, suele tener el paraguas desplegado a menos de que sea sorprendido, por un viento incontenible que lo empape de reproches por la implantación de acciones políticas incoherentes, con resultados desastrosos. Escuchan el chirrido, señores gobernantes?


  Abog. César Enrique López Bacaicoa

Maestria en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Justicia Penal Internacional y Derecho Internacional Humanitario. España, Unión Europea.     
              


jueves, 9 de febrero de 2017

NUESTRA ACTITUD FRENTE A LAS ADVERSIDADES

 Las experiencias repentinas, particularmente las dolorosas, pueden producir profundos cambios en el modo en que concebimos nuestro entorno vital, a los demás y a nosotros mismos.

        Los eventos súbitos o inesperados que también forman parte del acontecer cotidiano en nuestra estadía terrena, son lo que precisamente, dentro del cúmulo de las experiencias humanas, cincelan y dan forma a nuestra capacidad de adaptación frente a situaciones adversas e irreversibles, y de cuya apropiada asimilación, obtenemos la madurez que nos permite seguir afrontando a futuro, los “cambios” que siempre desembocan en reflexión y en ocasiones producen gran inquietud interior.  
            
        Las preguntas, justificaciones, o reclamos, son siempre los mismos, y los repetimos con fuerza dogmática porque se han constituido en paradigmas que suponemos ayudan a superar los caminos escabrosos. Cuántas veces nos hemos repetido: “Por qué yo”, o “Tenía que tocarme a mí”, o “Tanto nadar para morir en la orilla”, o “La vida es dura”. Diseñamos miles de acertijos porque las barreras emocionales de los seres humanos  son sumamente poderosas, y no admitimos fácilmente cambios, salvo los inevitables, que suponen ingentes esfuerzos de nuestra parte para superarlos y no siempre lo logramos con éxito.
        
             Todos los días observamos conflictos bélicos terribles, con muerte de civiles, muchas veces niños. En estos sitios también existen personas trabajadoras, organizadas y disciplinadas, que desesperadamente tratan de salir a flote. Imaginamos lo que sufren porque la magnitud de la prueba que atraviesan en estos momentos, pone en juego sus propias  vidas con la sombra perenne de los bombardeos, la miseria, las enfermedades y la hambruna. No se trata de cargar el mundo encima, pero probablemente, nosotros armamos un berrinche por un atasco en la autovía o buscamos bronca por cualquier insignificancia, o protestamos justificadamente por lo que consideramos un asalto a nuestro patrimonio en el Banco, en la Oficina o en el Supermercado. Lo cierto es, que el enfoque justo radica, en ponerse en la piel de los demás, y de evaluar hasta que punto, nos gobiernan nuestras emociones o tenemos nosotros, el control del sistema operativo más complejo que se conoce: el humano.
         
          Después de la pasión viene la reflexión, nuestro hemisferio cerebral derecho recoloca las ideas y nos hace asertivos. Quizá es el momento en que también nos preguntamos, si el secreto de vivir es soltar un poco el fardo que nos agobia, permitirnos soñar, fabular de vez en vez, con los pies sobre la tierra o donde queramos ponerlos. Grandes ejecutivos y potentados, han optado por abandonarlo todo y trasladarse a un lugar remoto buscando tranquilidad espiritual, e inmediatamente pensamos: “pues claro, ya lograron la patrimonial”, pero viven sin lujos ni comodidades, descubrieron “algo” que no consiguieron en Wall Street, reordenarse interiormente y comprender mejor su esencia humana, comprender su insignificancia terrena y sentir la satisfacción de dar antes que recibir.
         
      Veámonos pues en el espejo de los que lo han perdido todo, démosle preponderancia a las cosas sencillas, a las que nos estremecen interiormente, a nuestra sensibilidad,  a la ayuda solidaria y desinteresada, y estamos seguros, de que el fenómeno causa-efecto no tardará en aparecer en nuestras vidas haciéndonos más y mejores seres humanos.


                
Abog. César Enrique López Bacaicoa

Maestria en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Justicia Penal Internacional y Derecho Internacional Humanitario. España, Unión Europea.     



jueves, 12 de enero de 2017



    ESPAÑA CON UNA POLÍTICA INTERNACIONAL DEFINIDA

España elegida para el ECOSOC de Naciones Unidas para 2017


           El Consejo Económico y Social (ECOSOC) es el órgano principal de coordinación de las Naciones Unidas en su área económica y social. Existen diferentes procesos en las áreas mencionadas bajo el monitoreo de organizaciones internacionales. Algunas de las Resoluciones de ECOSOC en el marco de su labor preventiva y vigilante, fueron las identificadas 1235 (pública) y la 1503 (confidencial), desarrolladas en su momento en el contexto de las competencias atribuídas a la Comisión de Derechos Humanos, antes Sub Comisión de Prevención de las Discriminaciones y Protección de las Minorías.

       España, luego de las conversaciones diplomáticas de rigor atinentes a las relaciones internacionales y con 184 votos a favor (el País más votado de su grupo), asume el asiento que durante el último año (son tres de mandato) había ostentado Portugal.

        Este mandamiento de continuidad española en el Consejo Económico y Social, guarda perfecta concordancia con las prioridades de España de cara al 69 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. No es un asunto más de política internacional, sino de responsabilidades concretas para materializar objetivos comunes.

        España dentro de las proyecciones de actuación internacional, ha hecho hincapié en la "Diplomacia Preventiva y en la Indagación de las causas profundas y estructurales de los Conflictos" y de la mediación necesaria, para restablecer o afianzar, de existir la intención, los lazos de armonía necesaria para el sostenimiento de un desarrollo social y económico sustentable.

       Esta labor supervisora y preventiva, se lleva acabo a través de  los relatores especiales dispuestos por Naciones Unidas en cada País y de los grupos de trabajo que al efecto se considere oportuno constituir.

     La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres también han sido contemplados en el Plan Internacional por parte de España, señalando en su propuesta las Resoluciones sobre "Paz Mujer, Paz Seguridad" contenidas en los instrumentos ya señalados como: 1235 (2000); 1820 (2008); y 2106 y 2122 (2013), que también incluyen la participación de los pueblos indígenas.

           Esta reelección otorga a España un reconocimiento a su labor permanente y colaboradora en los debates que se producen en los foros que propugnan por el diálogo global frente a los nuevos retos que platea la gobernabilidad de algunos países firmantes de la Carta de Naciones Unidas y la instauración del desarrollo social y económico sostenible en sus comunidades.

ABOG. CÉSAR ENRIQUE LÓPEZ BACAICOA.

Maestria en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Justicia Penal Internacional y Derecho Internacional Humanitario.      

        

                      


EL VOLUNTARISMO  POLÍTICO Y EL CONOCIMIENTO DE LA GESTIÓN PÚBLICA

 De un tiempo a esta parte, se habla reiteradamente del “Know How”, vale decir, del “saber hacer” que atañe a cada uno de los participantes en un proceso productivo, bien de índole privado o de gestión pública. Por ello, voluntad sin conocimiento, de nada vale.

      Como en cualquier disciplina, trátese de economía, medicina o política, la voluntad o propósito de los actores sociales puede ser decidida y por demás loable, pero con no poca frecuencia observamos que el “querer hacer” y “el saber hacer” no admite dicotomía alguna si el resultado esperado debe traducirse en hechos concretos, problemas resueltos y prosperidad a futuro.
         
       Vemos entonces, por ejemplo, la importancia de los mecanismos de control que los Estados activan a través de instituciones con autonomía funcional en regímenes democráticos, para vigilar que la ejecución presupuestaria se ciña conforme a la Ley de Presupuesto que prevé el gasto ordinario de la Nación. Se “presume”, que los Ejecutores y custodios del Tesoro patrio, entienden y conocen que al dinero asignado a cada partida presupuestaria, no puede dársele una finalidad distinta, so pena de exponerse a un cargo criminal por malversación de fondos públicos cuando menos.
        
         Este saber hacer supone, salvo mejor criterio, acompañado de una férrea voluntad política de llevar a cabo objetivos y cumplir una meta propuesta, es la clave de una gestión política exitosa. Naturalmente, la labor no la lleva a cabo un sólo hombre, sino un equipo cohesionado de asesores para áreas específicas que poseen las competencias, el conocimiento y la capacidad, de poner sobre la mesa soluciones viables a problemas concretos que conlleven a la paz social y al sostenimiento de la brillantez política del Lider. En pocas palabras, un tren ejecutivo inepto, o sin la preparación necesaria para encarar la difícil gestión pública cuya masa comienza a enardecerse, produciendo únicamente una burocracia por completo hipofuncional, está condenado a la derrota segura en la arena electoral, por más retórica y demagogia que prodigue.
              
       La falta de conocimiento gerencial se traduce siempre en improvisación. El político acorralado, sale como puede del “atasco” que lo confronta y exige, pero al carecer de herramientas cognitivas e instintivas idóneas, abandona luego los proyectos ofertados o no planifica debidamente su prosecución. El resultado es siempre triste y recurrente: economías desgarradas por el derroche y el despilfarro.
              
      En el trajinar político que acaece en algunas sociedades democráticas o abiertamente autoritarias, encontramos escenarios dramáticos donde no sólo se desdeña del conocimiento, sino que se le persigue, y paulatinamente, se le sustituye por la adulación y la lisonja al “Lider” de turno, alimentando egos disminuidos que con pericia llegan a detentar poder político relevante. Entonces, el “iluminado” otorga premios a los adulantes por su leal e incuestionable servicio prestado por la causa, y por eso vemos Ministros incapaces de articular un pensamiento coherente, o situaciones verdaderamente embarazosas que involucran incluso, la intervención de la comunidad internacional.

              
        Estamos seguros que el lector ha establecido ya sus comparaciones y sacado conclusiones palmarias sobre el entorno político en que se desenvuelve. El sendero electoral, es el camino.

ABOG. CÉSAR ENRIQUE LÓPEZ BACAICOA.
Maestria en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Justicia Penal Internacional y Derecho Internacional Humanitario.

jueves, 5 de enero de 2017

                                                         
CAOS PROGRESISTA?





               Hace algunos días, escuché asombrado mientras informaban de casos de corrupción e imputaciones a ciertos personeros un país latinoamericano, una defensa por demás llamativa, porque en ese caso en particular, amén de las acostumbradas conspiraciones nacionales e internacionales que siempre alegan, se trataba, según los encausados,  de una "campaña orquestada" contra los "gobiernos progresistas". Y entiendo que progreso es bienestar común y desarrollo social sustentable, no corrupción desenmascarada con negocios  y tropelías de todo tipo.

                        Pareciéramos estar en la época histórica en que los primeros reformadores protestantes mezclaron las teorías políticas y filosóficas con las diferencias de credo y de fe religiosa, sin existir a la postre, una ecuación final que explicase la complejidad de dicha relación. De lo que no cabe duda, es que el poder monárquico enfrentado en aquellos tiempos por sus súbditos, lo vemos metafóricamente sustituido por el despliegue de Poder demagógico y populista de algunos líderes actuales, produciendo una obediencia pasiva en el tejido social, quien sabe y conoce de una resistencia consagrada constitucionalmente que le asiste, pero que no encuentra salida a la desesperación y a las destemplanzas que le produce, la ineptitud y los manejos turbios del erario público por parte de sus gobernantes.

                          Martín Lutero, uno de los impulsores de la Reforma, señaló en su momento y sin miramientos, la corrupción de la Iglesia Romana en el siglo XIV y la de los Tribunales Pontificios a través de la venta de indulgencias. Es decir, su ataque se concentró contra los privilegios e inmunidades especiales del Clero. Analógicamente, algunos de los que aseguran servir al pueblo hoy día con fervor, lo hacen a través de la más férrea represión en todos sus matices y no a través del convencimiento democrático que debería salir a flote teniendo en cuenta naturalmente, la opinión del soberano. Para este tipo de "progresistas", siempre es preferible reprimir y aislar "todo agente contaminante proveniente del exterior" y que aluda a libertades, progreso, emancipación o destierro de los farsantes.

                          El proceso histórico sigue la noria del pensamiento humano. Los seres que conformamos un núcleo social, continuamos buscando la democracia perfectible, la mejor manera de gobernar y ser gobernados con el sostén de un ordenamiento jurídico eficaz, efectivo y oportuno. Que vaya mas allá de los dogmatismos en los preámbulos constitucionales, y se aplique con todo rigor conforme lo dispone la parte normativa de la Carta Magna. Un estamento legal producto de un estado de derecho con separación de poderes, capaz de producir el sistema de contrapesos políticos necesarios para obtener una convivencia armónica. Donde prevalezca la justicia y no la impunidad y muchos menos las directrices protagónicas y únicas que emanen de un Poder Omnipotente que mantenga en absoluta sumisión a los demás poderes públicos, de lo cual siempre se obtiene como resultado la complicidad y los negociados tanto dentro como fuera de las fronteras patrias.

                                El caos no puede ser la regla y la normalidad político-social la excepción, porque la fractura de la confianza de los habitantes sometidos a la desolación y el destino de los que se creen favorecidos, termina indefectiblemente en la anarquía para todos. Es el extremo mas temible, porque arrasa con los derechos humanos, con lo fundamental, con lo necesario para desempeñarnos en sociedad.

                                           El caradurismo de tildar como "progresistas" a Gobiernos que no dan cuentas de sus actuaciones y que por el contrario, hacen saltar como resortes miles de informes sobre dinero mal habido del acervo patrimonial de la Nación, regalando u obsequiando a los más desposeídos bienes obtenidos a través del despojo patrimonial a quienes los obtuvieron trabajando por generaciones, es una verdadera aberración, no sólo en lo interno, sino ante la comunidad internacional.



ABOG. CÉSAR ENRIQUE LÓPEZ BACAICOA.
Maestria en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Justicia Penal Internacional y Derecho Internacional Humanitario.